Proposición de una religión alegre
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Proposición de una religión alegre
En la mayoría de las religiones tradicionales se pensaba que el hombre no podría acercarse a Dios sin sufrimiento; que no podría purificar el alma si no hiciese penitencias; que no podría agradar a Dios si no gritase "Señor, ¡yo soy pecador!" con una voz angustiada y una fisionomía de sufrimiento. Se notaba esa tendencia principalmente en el cristianismo. Sin embargo, si DIos es el Padre de los hombres y ellos son hijos de Dios, es imposible que Él Se alegre con el sufrimiento de los hombres, Sus hijos.
El hombre es hijo de Dios. Ser hijo de Dios significa ser hijo de la Gran Vida. A la Gran Vida invisible que llena y rige todo el Universo, le llamamos Dios. Y todos nosotros, que hemos nacido de la Gran Vida, somos hijos de Dios. Por consisguiente, la naturaleza verdadera (la Vida) de un hijo de Dios, cuando se manifiesta saludablemente, sin distorsión, adquiere la forma de la alegría, así como un niño en su estado normal es saludable y lleno de alegría y, cuando adolece, pierde el regocijo, sintiendo solamente tristeza y sufrimiento. COn esto, es evidente que la alegría y la felicidad manifiestan el estado verdadero y libre de la Vida, y que la tristeza y el sufrimiento expresan estados en que la Vida está entorpecida.
La función de la religión es desobstruir la Vida, devolviéndole la libertad. Si alguien profesa una religión pero vive sombrío, triste y preso a la idea de pecado, podemos decir que esa religión no está cumpliendo con su deber. Nadie tiene dudas que la función de la religión es eliminar la tristeza y proporcionar la alegría.
La alegría es la vibración agradable de sentimiento, y la vibración constituye sonidos musicales. El sentimiento de alegría es, por lo tanto, una música alegre, una melodía agradable. La vida tiene vibración alegre. Si una persona tiene vibración armónica y alegre, esto significa que ella está manifestando la Vida en un grado elevado. Una vida en la que no hay alegría espontánea no es la verdadera vida de un hijo de Dios. Debemos tratar de vivir de modo que alcancemos el más lato grado en el arte de expresar la alegría. Una vida repleta de alegría es la verdadera vida.
Si las personas llenas de tristezas y sufrimientos recuperan la laegría después de conocer las enseñanzas de Seicho No Ie y en sus hogares se instala la armonía conyugal, la atmósfera de alegría y la fisonomía ffeliz de los familiares, es porque Seicho-No-Ie no es una religión de tristeza, una religión falsa, sino la verdadera religión que aclara la naturaleza verdadera del ser, la Imagen Verdadera, que es eternamente algere, libre, pura y perfecta.
Fuente: La Humanidad es Exenta de Pecado. Recopilación de Fragemntos de La Verdad de la Vida Masaharu Taniguchi. Recopilado por Kamino Kusumoto. SEICHO-NO-IE
El hombre es hijo de Dios. Ser hijo de Dios significa ser hijo de la Gran Vida. A la Gran Vida invisible que llena y rige todo el Universo, le llamamos Dios. Y todos nosotros, que hemos nacido de la Gran Vida, somos hijos de Dios. Por consisguiente, la naturaleza verdadera (la Vida) de un hijo de Dios, cuando se manifiesta saludablemente, sin distorsión, adquiere la forma de la alegría, así como un niño en su estado normal es saludable y lleno de alegría y, cuando adolece, pierde el regocijo, sintiendo solamente tristeza y sufrimiento. COn esto, es evidente que la alegría y la felicidad manifiestan el estado verdadero y libre de la Vida, y que la tristeza y el sufrimiento expresan estados en que la Vida está entorpecida.
La función de la religión es desobstruir la Vida, devolviéndole la libertad. Si alguien profesa una religión pero vive sombrío, triste y preso a la idea de pecado, podemos decir que esa religión no está cumpliendo con su deber. Nadie tiene dudas que la función de la religión es eliminar la tristeza y proporcionar la alegría.
La alegría es la vibración agradable de sentimiento, y la vibración constituye sonidos musicales. El sentimiento de alegría es, por lo tanto, una música alegre, una melodía agradable. La vida tiene vibración alegre. Si una persona tiene vibración armónica y alegre, esto significa que ella está manifestando la Vida en un grado elevado. Una vida en la que no hay alegría espontánea no es la verdadera vida de un hijo de Dios. Debemos tratar de vivir de modo que alcancemos el más lato grado en el arte de expresar la alegría. Una vida repleta de alegría es la verdadera vida.
Si las personas llenas de tristezas y sufrimientos recuperan la laegría después de conocer las enseñanzas de Seicho No Ie y en sus hogares se instala la armonía conyugal, la atmósfera de alegría y la fisonomía ffeliz de los familiares, es porque Seicho-No-Ie no es una religión de tristeza, una religión falsa, sino la verdadera religión que aclara la naturaleza verdadera del ser, la Imagen Verdadera, que es eternamente algere, libre, pura y perfecta.
Fuente: La Humanidad es Exenta de Pecado. Recopilación de Fragemntos de La Verdad de la Vida Masaharu Taniguchi. Recopilado por Kamino Kusumoto. SEICHO-NO-IE
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